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GRACIAS POR VISITAR ESTE RINCONCITO

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Paseo otoñal




Levantas la mirada y ves al frente dos caminos, en una roca que se encuentra en la mitad de los dos caminos te aposentas y piensas en las posibilidades que hay de coger el camino de la derecha o el de la izquierda. El derecho parece ser que está estable, sin baches, ni obstáculo ninguno, es un camino que nos da la sensación de tranquilidad y a la misma vez te incita a tirar por ese lugar que tiene todas las posibilidades de salir victorioso de él. En cambio el izquierdo nada mas al principio te encuentras un pequeño salto que pasar para no caer en un profundo lugar en el que con la ayuda de alguien puedes salir,  pero en este caso, en el de una tarde otoñal pocas personas caminas por donde te encuentras,  más adelante se puede ver un campo de hoyos en el cual al esquivarlos te sumerges como en un campo de explosivos como aquellos de las guerras que nos contaban los aburridos libros de historias o aquellas películas en blanco y negro, que un paso mal dado o tal vez sin ser consciente de donde pisar puede ser y lo mas probable en este caso que caigas y no puedas volver atrás, aunque si tienes la ayuda nuevamente de un pensamiento no dado en falso y siendo meditado con anterioridad saldrás bien de ello, mientras estés con los cinco sentidos al pie del cañón.

 Aun indecisa sin saber por dónde seguir el paseo, pasa un libre pajarito que con sus alas alza el bueno desde un gran árbol de hojas otoñales y camina por el sendero del aire hacia delante por la mitad de los dos caminos, en ese momento se te activa el cerebro y piensas que envidia de ese pájaro que puede ver desde una visión buena por donde seguir su vuelo, sin darte cuenta te envuelves  en un sueño viajando como si fueras ese alegre pajarito con su canto al compás del movimiento de las alas al no cesar su viaje y llegas al final de los dos caminos donde de nuevo se vuelven a unir y puedes ver a lo lejos un camino firme, sereno y seguro hacia donde quieres llegar.  Cuando vas caminando una vez con los pies en el suelo y siendo un poco más realista tus pasos te van diciendo que gracias a ese instante en el que te paras a pensar en aquella roca fría como aquellas mañana de niebla que no hay ropa de abrigo que te quite ese frío que se te entra por todo el cuerpo y enciende la nariz como lo contrario a la punta de ese clavo ardiendo que sienten esas personas cuando le hieren o se sienten que van por el camino equivocado, al final encuentras una montaña de hojas marrones típicas del otoño en la que te tiras y empiezas a sentirte bien contigo misma, te sientes orgullosa de ser esa persona que ante una gran barrera se dejo llevar y al fin llego al destino deseado con un poco de esfuerzo y dedicación con ganas e ilusión de conseguirlo aunque se caiga. En ese instante que tan feliz estabas soñando el canto de un pájaro en el exterior te despierta y vuelves a la plena realidad con una grata sonrisa.

 
Y  al fin ese descanso agradable entre esas hojas caídas tan solo te dan la gran lección que no es lo mismo quedarse pensando en aquella roca del principio y no querer seguir hacia delante y tirar la toalla, o el caso de ir con miedo y caer y como se refleja dejarse llevar e ir por el camino que la intuición nos lleve y al final saber que no dejamos que las barreras cotidianas y la rutina nos parase y seguimos hacia delante con paso o huelo firma con un único objetivo el de lo voy a conseguir, porque yo soy la única persona que puede hacer las cosas para mi satisfacción y ámbito personal, no hay mayor gratitud con nosotros mismo que el de darnos cuenta que por muchos obstáculos, muchos caminos por elegir o esa envidia u odio que alguna vez las personas civiles sentimos, si dejamos a un lado la parte negativa podremos saber hasta dónde nuestro espíritu de dignidad está dispuesto a llegar.

Una vez más, lanzándonos al vacío con los ojos cerrados nos damos cuenta que está lleno, nos sorprendemos y queremos ir a por mas y mas. Y por ultimo y no menos importante siempre tenemos que hacer lo que para nosotros nos de la felicidad y el sentirnos alegres y con una sonrisa reciproca entre nuestro interior y exterior.


Un saludo, Anita.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Levántate y intenta conectarte a la vida.

Tras una dura semana aquí os dejo un rinconcito de mi pensamiento.




Como cada mañana desde hace un tiempo, la maldita cosa esa como llamamos a esos elementos, en momentos como cuando te suena el despertador y no tienes ganas de poner los pies en el suelo y empezar el caminito de ese nuevo día en el que te espera muchas horas por delante para descubrir cosas nuevas, experiencias que ni tan siquiera sabes que harás presencia de ellas.




Lo que cada día deberíamos de pensar cuando el maldito despertador suena es eso, porque ¿Por qué lo tomamos siempre a mal? Si es un mecanismo de tuercas y dientes interconectados entre si y como de un puzle se tratase, nos hace que de un dulce sueño al instante en un milisegundo ya estemos de mal humor. Acaso no es importante que al abrir los ojos lo primero que pienses es que estás vivo, que la sangre sigue corriendo por tus venas, que el aire camina por tus pulmones, que la respiración entra y sale y nuevamente te dice que estás vivo, levántate, estírate y di : “Hoy puede que sea un gran día, vamos a por ello con ganas, ilusión” y lo mas importante en estas pobres líneas….


¿Por qué hoy no puede ser ese día en el que me dé cuenta que nada mas por abrir mis ojos soy una persona importante con ganas de comerme el mundo?

Tal vez no sea el caso de muchas personas en esta vida, la mayoría de las personas de hoy en día solo se preocupan de llegar al trabajo, realizarlo y vuelta nuevamente a un amargamiento mayor al salir del trabajo porque son como atascos y miles de cosas más que hacer. Y creemos que al final de todo ese maldito día, subiendo algo a la red social y compartiendo un estado o imagen con nuestros conocidos es ser social.


 

¿Pero en realidad eso es así? ¿Por qué la mayoría de las personas no es social en la vida real, en el tu a tu diario? No piensas que la vida social, la que está delante de ti y puedes tocar te dará una felicidad mayor que la que se encuentra al compartir un simple archivo.






 Ahora es cuando te acuestas desconectándose como si de una maquina se tratase, quitándote del enchufe sin haberte dado cuenta que durante todas esas horas no te interconectarte con la felicidad de las personas que tienes y se mueven como un mecanismo de un reloj.

Lánzate  a por la felicidad que está ante ti no frente a una maquina.

Un saludo, Anita.


lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Quien dijo miedo a la soledad?

Tras varios meses de ausencia aquí vuelvo para dar guerra, lanzándome como habitualmente acostumbrados os tengo con mis pensamientos y mejores palabras.


¿Quien dijo miedo a la soledad?



Como de una ligera bofetada de aire fuerte se tratase, y te avisa que estás ahí, que nada se acabo, que el aire sigue entrando y 
saliendo de ti mientras piensas. 



Tal vez no estabas preparada para pensar, ahora de pronto crees que todo va contra ti, te sumerges en un mundo interno de tu cabeza y tu cerebro rebota entre las cuatro paredes. 


Acaso le tenemos miedo al miedo, o hay personas que le gusta la propia soledad, para encontrarse a una misma. 

Sentada, miras al horizonte y a lo lejos piensas en esas pequeñas cosas que con anterioridad no te habías fijado o que simplemente lo que creías importante ocultaron. 

En ese momento te haces fuerte y te vas creciendo, te das cuenta que haciendo pequeño no puedes ir mas halla de lo posible, que no alcanzarás lo que quieres y ni mucho menos recogerás la recompensa de tus ganas e ilusión por conseguir lo que buscas y persigues por el camino de la vida.




Es cuando sin querer confías en ti, y de vez en cuando quieres estar sola contigo misma y mantener una conversación en silencio, entonces es cuando realmente tus ojos terminan viendo en el horizonte de antes, que valorarte es el primer paso para que exista la motivación que deja que cada paso sea un punto positivo, que al final de cada día hayas recogido un poquito del aquel granito de arena que aportaste e invertiste al querer saber que pasaba con el miedo a la soledad, al miedo de pensar para adentro, para nosotros. 




Y a ti, ¿ te da miedo?¿ De verdad no te gusta saber quien eres? ¿ No te arriesgas a descubrir que pasará? ¿Ganarás? ¿Perderás? Pero realmente ¿piensas que una cosa intangible que no se puede tocar se le puede tener miedo? 




Lánzate al mundo y persigue lo que te haga mejor persona, lo que sin querer te salga y sin miedo a saber con que persona caminas al dar tus pasos, al respirar, al mirar al frente, porque esa persona que te acompañara siempre en la vida serás tu, y exclusivamente nunca habrá nada mejor que conocerte a ti mismo sin rodeos. Porque la soledad tan solo le da miedo a aquellas personas que no arriesgan, que se conforman con todo y no tienen iniciativa. 





Que el miedo sea tu amigo y camines con paso firme hacia el horizonte a conseguir todo aquello que te retes a conocer y ser participe de tu felicidad. Que seas tu quien le de miedo al miedo, no hay arma mas potente que
TU. 














Un saludo, Anita.